Delgado, cariñoso, bondadoso y sabio, así describe Eloy Jauregui a Julio
Ramón Ribeyro. Considerado uno de los mejores cuentistas de Latinoamérica y ganador
del Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo, ha escrito
obras como “La palabra del mudo” y “Los gallinazos sin plumas”.
Cuenta su hermana Mercedes, que su padre le dijo -oye tu vas a ser
cuentista creo. Él y su hermano Juan Antonio, ambos lectores y escritores, formaron
“La generación del 50”, un grupo muy entusiasta por la literatura. Julio Ramón
tenía un manejo poético del lenguaje, es uno de los pocos escritores en el Perú
que tiene una prosa poética, cuentan.
Un gran lector, su hijo Julio recuerda que él nunca lo obligó a leer, sin
embargo enfatizaba: que el tiempo no sea una excusa para no leer, siempre hay
tiempo. Eloy recuerda que, reflexionaba más allá de la información puramente
dicha y que tenía palabras para todo. No era triste ni amargado, tenía un gran
sentido del humor y una actitud irónica.
Julio Ramón sobrevivió 23 años al cáncer, descubrió un tipo de felicidad,
dedicado a vivir y no sumergirse en la melancolía y sufrimiento. En 1994
recibió el premio y al poco tiempo falleció; pero su obra fundamental esta
presente, nos habla y nos mira.
“Haber hecho lo que me gustaba
"vivir". Bien o mal. Estaba haciendo lo que sabia hacer.” – Julio
Ramón Ribeyro.
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